España con Guadaña. La lectura,

LA LECTURA. ¿UN HÁBITO PELIGROSO?

Según un estudio de la asociación de editores del libro en Andalucía con la colaboración de la Dirección General de Fomento y Promoción Cultural de la Consejería de Cultura y del Departamento de Comercio de la Consejería de E. y H. de la Junta de Andalucía basándose en la información elaborada por la Federación de Gremios de Editores de España coño (F.G.E.E.) etc. el 50% de los españolitos no lee nunca o casi nunca. Lo mas sorprendente es que los que mas leen, aparte de los “universitarios” que lo hacen frecuentemente un 68 % (¡ hay un 15,5 % de estos que no leen nunca o casi nunca!) son ¡los parados! que se dedican a la cultura del libro en un 47 %. ¡ Mira tu por donde el paro rampante va a ser la solución de nuestra iletrada sociedad!. Este es un país que no deja de sorprender nunca; al parado se lo imagina uno amargado y deprimido suficientemente como para no poder concentrarse en una lectura pero parece que el aburrimiento y la ansiedad pueden curarse con esta tan buena terapia, lo cual demuestra que el leer no solo no es perjudicial sino incluso curativo c.s.q.d.
Parece ser entonces que el hábito de la lectura no es perjudicial para la salud ni siquiera del alma. Yo creo que la escasa afición por la lectura de los españoles es debida a esa capacidad innata para saber de todo sin que nadie nos lo enseñe. Parece ser, en esto, un pueblo único, en donde el mas tonto hace aviones. Pero ¿y esa capacidad a que mutación es debida?. Pues bien, voy a exponer una hipótesis que no es en absoluto descabellada: En el principio fue el Verbo y luego vino todo lo demás. El hombre como Ser, creado a semejanza de Dios, gozaba de poderes cuasi divinos. Cuando fueron expulsados del Paraíso Adán y Eva estaban compungidos y como habían perdido sus poderes e inocencia (sintieron vergüenza de sus cuerpos desnudos que taparon con hojas de parra de uva de Albariño) lloraban desconsoladamente así que un Ángel bueno que se compadeció de ellos les dijo: “no lloréis Adán, Eva, padres de la futura orbe; si sois buenos y amáis a Dios recuperaréis vuestros perdidos dones” y tiempo mas tarde, cuando Adán moría, el Ángel le dijo que uno de sus descendientes heredaría la memoria y el Saber y hete aquí que el subsodicho heredero aterrizó en la Península Ibérica generando una raza de sabelotodos que perdura hasta nuestros días. Por ello nosotros los homo hispánicus, no necesitamos libros, ni bibliotecas, ni que nadie nos explique nada. Nosotros sin un mínimo aprendizaje, sin que nadie nos imparta lecciones sobre sabidurías o técnicas o procedimientos varios, podemos opinar y establecer principios y leyes universales sin el menor rubor: nos sale así de espontáneo y natural ¡qué le vamos a hacer!.
Ahora no dicen los estudios europeos que vamos en el furgón de cola con respecto a la educación. La risa que nos daba a los españoles lo burros que eran lo americanos que no sabían situar a España en el mapamundo (¿porqué mapamundi?. Ya sé listo) como si nosotros supiéramos situar Oregón o Iowa o “Machacachuset”en USA. Por ejemplo Sr. que me lee: ¿Ud. sabe donde está el estado de Washington? Es probable que no, y no es el estado de la capital del país, no, es un estado situado en la costa del pacífico al norte. Ya ve que los americanos no son mas obtusos que nosotros o al menos tienen el mismo derecho a no saber de España que nosotros de Ohio ¿o no?. Lo que pasa es que los americanos son ricos , risueños, prepotentes y se sienten superiores ( y lo son en muchas cosas sin duda) y los españoles, cual adolescentes egocéntricos, no podemos comprender que los demás nos ignoren sin sentirse afectados por semejante desconocimiento.
Oiga esto: cerca de un 20% de los escolares de 15 años tiene una comprensión de la lectura y las matemáticas mala o malísima. Esta cantidad de burros es excesiva incluso para España coño. En una época en que la comunicación es la piedra angular de la vida cotidiana, en la que no se concibe a ningún humano sin que maneje mínimamente un ordenador, conozca el manejo de Internet y el correo electrónico, nos encontramos con que la quinta parte de nuestros adolescentes, de nuestro futuro, son unos indocumentados que apenas comprenden lo que leen, escriben como egipcios de la 6ª dinastía y no pasan de contar por los dedos. Bonita perspectiva. Por esto no parece extraño que no sepan que el Tormes es un río o el Mulhacen una montaña. Por compleja que sea la educación y que haya muchas dificultades desde la financiación, pasando por la desmotivación de los profesores, la abierta indiferencia cuando no la actitud insolente e incluso agresiva en ocasiones del alumnado hacia profesores y sistema y en fin, unos padres que en muchos casos responsabilizan de la educación de sus hijos únicamente a sus maestros como si la cosa no fuera con ellos (la mayoría de los chicos con problemas en el Cole tienen padres que desacreditan a los maestros delante de sus hijos, un modo excelente de propiciar su actitud desafiante).Hay que buscar soluciones de verdad: primero manejar las herramientas de trabajo: lenguaje y cálculo, práctico, práctico y práctico, luego o simultaneamente introducir contenidos prácticos, prácticos, prácticos. Y hay que memorizar algunos datos y nombres: Si la calabaza es una cucurbitácea hay que joderse y aprendérselo; pero quizás el profesor pueda explicarle porque se les llama así y el alumno ya no se ría del nombrecito y lo tome a chirigota. Mucho Internet, mucho ordenador por cada dos alumnos pero si no tienen ni idea del idioma y escriben Hombre con v y sin hache y con n pues estamos perdidos. Si el alumno conoce la herramienta, se adiestra en la técnica con el uso, luego puede comprender el Mundo y sus maravillas, puede expresarse con precisión para ser entendido con la máxima exactitud que las palabras pueden dar al lenguaje y la comunicación verdadera surgirá: el placer de conversar con los amigos sobre nuestros pensamientos, sentimientos y acontecer; analizar los grandes y pequeños temas y reflexionar sobre ellos . Pero razonar eficazmente exige conocimientos y estos deben ser acumulados poco a poco, a medida de las capacidades de cada uno, potenciando su expansión a lo largo de nuestra vida. Estos conocimientos son datos y nombres que hay que meter en el cerebro. No hay razonamiento sin memoria y uno recuerda lo que aprendió, solo eso. El que pierde o no tiene memoria olvida su propia vida y eso es tanto como no haber vivido. La memoria es una potencialidad denostada, ensombrecida por su hermana mas brillante la inteligencia. Alguien dijo: “Todo el mundo se queja de su memoria, nadie de su inteligencia”. Decir que uno no tiene memoria es considerado un hecho casi fisiológico y no parece tener importancia: muchos cuando decimos “no me acuerdo” utilizamos un eufemismo, en realidad lo que nos sucede es que no tenemos ni idea, no es que no recordemos, es que no sabemos.
¡Leed, leed malditos!. Cuesta un poco al principio pero luego es un placer.